24 noviembre 2011

UNA PROMESA CUMPLIDA. CAPÍTULO 6.

Intenté dormir, pero en ese momento me parecía imposible. Me dispuse a ir a la habitación de Lucy. Pensé que no le importaría que la despertara, ya que al no haber clase, no teníamos que madrugar al día siguiente. Crucé furtivamente el pasillo y abrí cuidadosamente la puerta de su dormitorio.
-Lucy, despierta...- le susurré al oído. Tuve que taparle la boca, porque al abrir los ojos estuvo a punto de gritar.
-Tranquila, soy yo...- le quité la mano de encima y me tumbé a su lado.- No podía dormir, y tengo que contarte algo impresionante que me ha pasado.- entonces Lucy abrió los ojos como platos y se me tiró encima.
-¡Tienes que contármelo todo! ¡¿Dónde ibas con Julian Lennon?!- de nuevo tuve que taparle la boca.
-Tsss. ¿Quieres despertar a todo el mundo?- de repente llamaron a la puerta. Temía que fuera algún maestro, pero era peor. Se oyó la voz de la directora en el pasillo.
-Lucy, ¿estás ahí?- en un acto reflejo, salté de la cama y me escondí debajo de ella. Justo después entró la directora.
-Emm... -Lucy se había quedado sin saber qué decir, pero enseguida se le ocurrió algo.- Perdón, señora. Es que tenía una pesadilla y por eso estaba gritando. Pero gracias a usted ya me encuentro mejor. Muchísimas gracias, y ahora, si no le importa, me gustaría volverme a dormir.- vi como la directora miraba con desconfianza la habitación, pero, sin decir nada, acabó marchándose.
Salí de debajo de la cama, y con el corazón latiendo con fuerza, volví a tumbarme.
-Perdón.- dijo Lucy, hablando ya bajito. 
-Menos mal que no me ha visto.- poco a poco me tranquilicé de nuevo, y le conté a Lucy todo lo que me había pasado con Julian Lennon.
-¡Qué suerte que tienes! ¡No me lo puedo creer!- otra vez la tenía encima de mí, y tuve que pegarle un pequeño empujón para que se apartara. La verdad es que tenía razón. Era increíble.
Al final acabé durmiéndome. Cuando me desperté, Lucy aún dormía plácidamente. Me dispuse a levantarme para ir a mi habitación y cambiarme para el desayuno, pero me caí en la cama del susto, cuando vi que había alguien sentado en un sillón de la habitación. Adivinad quién era.
-¡Julian! ¿Qué haces aquí? Me has dado un susto de muerte...- se levantó del sillón, y me dijo que le siguiera.
-¿Pero adónde vamos? No sé si te has dado cuenta, pero estoy en pijama.- le dije cuando ya habíamos salido de la habitación y avanzábamos hacia el ascensor.
-Sí, me he dado cuenta, y estás preciosa.
-Oh, gracias.- solté una risita nerviosa.- ¿Pero cómo has sabido que estaba en la habitación de Lucy?
-Fui a tu habitación, pero vi que no estabas. Imaginé que estarías en la de tu amiga, así que pregunté en recepción dónde estaba, poniendo la excusa de que iba a llevarle un autógrafo a la chica que allí se alojaba.- en ese momento entramos al ascensor.
-¡Qué ingenioso!
Llegamos a la planta baja y salimos al jardín, no sin antes percatarnos de la mirada curiosa de la recepcionista. Estaba segura de que era por mi atuendo.
-¿Dónde me llevas?- pregunté intrigada.
-Te hice una promesa, y la he cumplido.- lo que pasó a continuación me dejó perpleja. Dhani Harrison acababa de salir de detrás de unos árboles, y se acercó a nosotros.
-Tú debes ser Cristina, ¿verdad?- tenía una voz que me hipnotizó completamente.
-Emm... sí. Y tú eres Dhani Harrison.- tenia ganas de abrazarle, pero me encontraba paralizada.
-Encantado de conocerte.- tenía una sonrisa preciosa.
-¿Puedo darte un abrazo?- lo dije sin pensar, pero la respuesta que recibí casi me hace perder el conocimiento. Dhani se acercó a mí y me abrazó amistosamente.
-Esto... gracias.- me di cuenta de que Julian aún seguía ahí.
-Tú también te mereces un abrazo.- y me lancé a sus brazos como muestra de agradecimiento por lo que acababa de hacer por mí.- Muchas gracias, en serio.
-De nada. Me alegro de que estés tan contenta. Bueno, os dejo solos. Yo me tengo que ir a hacer las maletas. Me alegro de haberte conocido, Cristina. Adiós.- me dio un beso en la mejilla y se alejó.
-¡ADIÓS! ¡MUCHAS GRACIAS POR TODO!- vociferé cuando ya estaba al lado de la puerta que conducía a la recepción. Ojalá lo volviera a ver pronto.
-Cristina, ¿quieres venir conmigo al baile que hay esta noche en el local de al lado del hotel?- no me lo podía creer. Dhani Harrison me estaba pidiendo que fuera al baile con él. Era de película.
-Claro que iré contigo.- le sonreí.
-Si te parece bien, quedamos a las nueve de la noche en la recepción.
-Me parece estupendo. Nos vemos esta noche.- entonces, como un momento antes había hecho Julian, me dio un beso en la mejilla. Pero el suyo, no sé por qué, me pareció mucho más dulce.
-Adiós, Cristina.- se fue, y yo me quedé sola y en pijama en aquel jardín, sintiendo con fuerza aquel beso.

19 noviembre 2011

CENA CON PAPARAZZI. CAPÍTULO 5.

En cuanto terminó la canción, Julian me indicó con un movimiento de mano que le siguiera. Le hice caso y me fui con él por una puerta que había en el lateral del escenario.
-¿A dónde vamos?- me estaba poniendo muy nerviosa. Mucho más de lo que ya estaba.
-Primero a mi camerino, a dejar mi guitarra.- y entonces se detuvo y me miró a los ojos.- Luego, si tú quieres, iremos a una cafetería que hay en frente del hotel.- ¿Que si quería? Pues claro que sí. Me sentía incapaz de dejarle plantado.
-Está bien. Pero, ¿por qué te estás portando tan bien conmigo? No me conoces de nada.- en ese momento llegamos a su camerino y entramos. La verdad es que era muy pequeño. Me imagino que al tener también una habitación en aquel hotel de lujo, no le importaría mucho que su camerino fuera de ese tamaño, ya que allí solo guardaba los instrumentos.
-La verdad es que me llamaste la atención la primera vez que te vi.- A mí si que me llamó la atención que me dijera eso.
-Pero si la primera vez que me viste solo dije tonterías porque me quedé sin palabras al verte.- vale, no debería haber dicho eso. Ahora Julian me miraba fijamente a la cara, pero no sonreía. Parecía que quería besarme, pero eso era imposible. El amor no tiene edad, pero hasta yo sabía cual era el límite.
-Será mejor que no lo hagas.- dije entrecortada, mientras apartaba mi cara lentamente de la suya.
-Lo siento. No quería intimidarte.- una sonrisa volvía a aflorar en su rostro, y yo me tranquilicé un poco.
Cuando llegamos a la cafetería, para el alivio de Julian, estaba prácticamente vacía.
-Te gustan los Beatles, ¿verdad?- me preguntó mientras nos traían un helado a cada uno. Era diciembre, pero nos apetecía tomar eso.
-Sí. ¿Cómo lo sabes?
-Me he fijado en tu camiseta en la que salen los cuatro en Abbey Road.- ya ni me acordaba de que la había llevado puesta por la tarde.
-¿Te has dado cuenta de la camiseta que llevaba?- Al final iba a resultar cierto que le había llamado la atención.
-Es difícil no darse cuenta cuando tu padre era uno de los componentes del grupo.- parecía haberle hecho gracia mi comentario.
-Sí, John Lennon.- le sonreí, y él me devolvió la sonrisa.- Espero que no te enfades, pero mi Beatle favorito es George Harrison.
-¿Por qué iba a enfadarme? Tienes derecho a que te guste George Harrison.- por su tono de voz, sabía que lo decía en serio.- Su hijo, Dhani, es una persona muy agradable.- No podía creer que dijera eso.
-¡¿Conoces a Dhani Harrison?! ¡Necesito que me lo presentes! ¡Me encanta Dhani Harrison! Es... - me callé a tiempo para no cometer la equivocación de decir que Dhani era perfecto, delante de Julian. Me arrepentí de haber dicho todo eso.
-Es perfecto para ti. Y la diferencia de edad no es tan grande como la nuestra. La verdad es que tengo ganas de hacerte sentir bien, así que te presentaré a Dhani Harrison en cuanto pueda.- Estaba a punto de ir a darle un abrazo, pero de repente Julian me cogió de la mano y me dijo que corriera. No tardé en darme cuenta de por qué lo hizo. Un montón de periodistas, seguramente de prensa rosa, se dirigían corriendo hacia nosotros con cámaras de fotos y micrófonos.
Cuando creíamos que estábamos a salvo en el hotel, un montón de compañeras mías empezaron a gritar y a correr detrás de nosotros, pidiendo autógrafos y fotos con Julian. En vez de ir a su habitación fuimos a la mía, ya que lo más seguro es que fueran a la de Julian.
-Gracias por ayudarme.- me dijo cuando ya estábamos a salvo de verdad.
-No tienes por qué darme las gracias. Además, lo que vas a hacer tú por mí presentándome a Dhani Harrison es más de lo que yo puedo ofrecerte. ¿En serio no es ninguna broma?. -entonces me cogió las manos y me susurró al oído:
-Te lo prometo.- me dio un beso en la mejilla y se fue.



12 noviembre 2011

CONCIERTO CON SORPRESA FINAL. CAPÍTULO 4.

-Lucy, ¡estás loca! He pasado un momento bochornoso por culpa de tu empujón.- Lucy empezó a reirse. 
-Pero si me lo tendrías que agradecer. Has hablado con Julian Lennon a solas.- la verdad es que tenía razón y debería darle las gracias, pero el empujón me había molestado.
-Está bien, lo siento. Pero no vuelvas a hacerme esto jamás.- no podía enfadarme con ella. Lo había hecho para ayudarme, ya que yo nunca me hubiera atrevido a hacerlo.
-Bueno será mejor que me empiece a alisar el pelo ya, si quiero que me de tiempo ir al concierto.- Lucy tenía el pelo rizado, pero ella siempre lo había querido tener liso, así que continuamos arreglándonos para el concierto en mi habitación.
-¡Cristina, llevas un vestido precioso!- Lucy me miraba impresionada, pero a mí no  me parecía nada del otro mundo.
-No exageres. Es un vestido normalito.- la verdad es que era el mejor que tenía, pero aquella noche no me apetecía ir vestida como un día cualquiera.
Cuando llegamos a la sala donde iba a actuar Julian, vimos que estaba llena. Aún así, nos conseguimos colocar en las primeras filas.
Unos minutos después salió Julian. Estuvo genial, y todas las canciones me gustaron mucho, pero la última venía con dedicatoria, y adivinad a quién se la dedicó.
-¡Gracias a todos! Ahora, por último, quiero cantar "Stand by me". Se la quiero dedicar a una persona de este público. ¡A Cristina!- me empecé a poner roja, y esperé que se refiriera a otra Cristina, pero se trataba de mí.- Una chica con la que he estado hablando esta tarde. Vamos, sube al escenario.
-Esto no puede estar pasando.- miré a Lucy con la esperanza de que me ayudara, pero en lugar de sacarme de allí, me animó a que subiera. Resignada, subí hacia donde estaba Julian esperándome, y empezó a cantar. A cantarme a mí.



11 noviembre 2011

JULIAN LENNON. CAPÍTULO 3.

La semana antes de irnos a Nueva York se hizo eterna, pero por fin estaba subida en el avión, que nos llevaría hacia allí.
Cuando llegamos, lo primero que hicimos fue ir al hotel en el que nos íbamos a alojar. Estaba muy cansada, así que pensé en dormir hasta la noche, porque quería estar despejada para el concierto que iba a haber. Aún no sabía quién iba a cantar, pero no le di más importancia, y me tumbé en la cama. Me desperté a las tres horas, ya más despejada.
-Cristina, ¿a ti te gustaban los Beatles?- me preguntó Lucy mientras merendábamos en una cafetería que había en frente del hotel. Lucy era muy tímida, incluso más que yo, y hablaba solo conmigo.
-Sí. ¿Por qué?- lo que vino a continuación hizo que casi me atragantara con el pastel que me estaba comiendo.
-Es que he oído decir a los recepcionistas que el que va a cantar en el hotel esta noche es Julian Lennon, el hijo de John Lennon.- la miré con los ojos como platos sin poder creer lo que estaba oyendo.
-Lucy, creo que me voy a desmayar.- la cabeza me daba vueltas. Iba a ver a Julian Lennon en directo.
-Será mejor que vayamos al hotel y te tumbes otro rato.- por supuesto que fue mejor irnos al hotel, porque lo que ocurrió después fue increíble. Estábamos a punto de torcer una esquina de uno de los pasillos, cuando Lucy me cogió de repente del brazo para que parara.
-¿Qué pasa?- Lucy soltó una risita, y dijo que mirara quíen estaba al final el pasillo. Era Julian Lennon, algo que no me esperaba por nada del mundo.
-¿A qué esperas? Ve a saludarle.- Lucy se creía que eso era muy fácil, pero en realidad era todo lo contrario.
Todo pasó muy rápido. Lucy me dio un empujón, y sin que me diera cuenta me encontraba en medio del pasillo, donde Julian me vio perfectamente.
-Esto... hola... emm...y adiós.- me disponía a dar media vuelta, con la cara roja como un tomate, pero Julian me dijo:
-Espera, no me ha dado tiempo a presentarme.- ¿es que necesitaba presentación? ¡Era Julian Lennon! Tenía ganas de salir corriendo, pero opté por quedarme en el sitio. Vino hacia mí, y se colocó tan cerca que me quedé petrificada, sin saber qué hacer o qué decir.
-¿Qué pasa? ¿Tanto miedo doy? - me miraba con una sonrisa divertida.- ¿Cómo te llamas? Yo soy Julian.
-Yo me llamo Cristina, y ya sé quién eres.- me hizo gracia que me dijera su nombre, como si no fuera conocido.
-Cristina, bonito nombre. Bueno, me tengo que ir. Encantado de haber hablado contigo.- era una lástima que ya se tuviera que marchar. Mi cara ya había recuperado su color.
-Lo mismo digo. Te veré cantar esta noche. Adiós.- Se despidió de mí con un beso en la mejilla. Lo único que hice fue sonreir. No podía creer lo que me acababa de pasar. Me quedé un rato más en medio del pasillo antes de irme a mi habitación.



10 noviembre 2011

RUMBO A INGLATERRA. CAPÍTULO 2

Estaba tan nerviosa que prácticamente no me enteré de que había viajado en avión. Me encontraba en Inglaterra, y eso era algo genial para mí.
-Cristina, estás temblando. Tranquilízate, que en el instituto al que vas no te van a comer.-mi madre me miraba con cara divertida.
-Mamá, tengo diecisiete años. No soy ninguna niña, asi que no me trates así.-no sé por qué le contesté de esa forma, pero no pude evitarlo.
Cuando llegamos al instituto, empecé a ponerme más nerviosa aún, pero conseguí tranquilizarme un poco pensando en aquel hombre que me llenaba siempre de paz interior. Se trataba de George Harrison. Mi grupo favorito eran los Beatles, pero le tenía especial cariño al Beatle tranquilo, a mi Georgi, como solía llamarlo a veces.
La directora fue muy simpática, y tuve la suerte de que supiera hablar español, porque en el estado en que me encontraba lo más probable es que no hubiera sabido traducirles a mis padres ni una palabra.
Cuando terminó de explicarles a mis padres las normas del lugar, me acompañó a mi dormitorio. No quedaba ninguno libre, pero la directora había colocado, amablemente, una cama de más en otro dormitorio ocupado.
-Bueno, ya hemos llegado.-se despidió cordialmente de mí y se fue, según me había dicho, a organizar una gran excursión que estaban planeando hacer en el instituto. Me preguntaba a dónde iríamos.
Había una chica en la habitación, como me esperaba.
-Hola.-saludé en inglés. A partir de ahora tendría que hablar en ese idioma, mi idioma preferido.
-Hola, me llamo Lucy. Tú debes ser Cristina, ¿verdad?- parecía muy simpática.
-Sí. Encantada de conocerte.-por fin me había logrado tranquilizar, pero no eso no duró mucho.
-¿Qué excursión está preparando la directora?-pregunté mientras deshacía mi maleta.- Es que no me ha dado tiempo a preguntárselo.
-Está planeando llevarnos a Nueva York la semana que viene, durante un perído de dos semanas. ¿No es increíble?- Se le notaba entusiasmada, y yo me empecé a sentir mareada.
-¡¿Nueva York?!- no me lo podía creer. 
-Sí, es genial. Pero deberíamos acostarnos ya, o mañana nos dormiremos en clase.- le hice caso y me tumbé en la cama, pero no pude dormir en toda la noche.



09 noviembre 2011

UN GOLPE DE SUERTE. CAPÍTULO 1

-¡Cristina, Cristina!- como de costumbre, a mi hermano le daba igual que yo quisiera dormir los sábados al menos hasta las nueve.
-¿Se puede saber qué pasa? Si aun es muy temprano... - dije con la voz propia de una recién despertada, mientras miraba mi reloj.
-¡Nos ha tocado la lotería! ¡Hemos ganado once millones de euros! ¿¡No es genial!?- Antes de que pudiera reaccionar lo tenía encima de mí repitiéndome entusiasmado que habíamos ganado la lotería.
-Julio, hoy no es el día de los inocentes.- estaba dispuesta a volverme a dormir, pero mi hermano seguía insistiendo.
Estaba perdiendo la paciencia con la broma, pero de repente oí que mis padres decían:
-Con este dinero podemos llevar a Cristina a estudiar a Inglaterra, que seguro que le hace mucha ilusión.
-Sí, tienes razón. Espera, que empiezo a buscar en Internet un buen instituto para que estudie bachiller.- se oyeron las teclas de ordenador. Mi padre ya había empezado a buscar.
Sin que mi hermano se lo esperara, salté como un resorte de la cama y salí disparada hacia la cocina, donde mis padres estaban hablando.
-¡No me lo puedo creer! ¿Julio estaba diciendo la verdad?- estaba tan emocionada que casi tiro a mi madre de la silla.
-Veo que tu hermano ya te ha dicho la noticia.- dijo mi padre sonriendo. 
-Con este dinero nuestra vida va a cambiar.- mi madre también sonreía.
Y claro que cambió, sobre todo la mía. A la semana siguiente me fui a Inglaterra.