10 noviembre 2011

RUMBO A INGLATERRA. CAPÍTULO 2

Estaba tan nerviosa que prácticamente no me enteré de que había viajado en avión. Me encontraba en Inglaterra, y eso era algo genial para mí.
-Cristina, estás temblando. Tranquilízate, que en el instituto al que vas no te van a comer.-mi madre me miraba con cara divertida.
-Mamá, tengo diecisiete años. No soy ninguna niña, asi que no me trates así.-no sé por qué le contesté de esa forma, pero no pude evitarlo.
Cuando llegamos al instituto, empecé a ponerme más nerviosa aún, pero conseguí tranquilizarme un poco pensando en aquel hombre que me llenaba siempre de paz interior. Se trataba de George Harrison. Mi grupo favorito eran los Beatles, pero le tenía especial cariño al Beatle tranquilo, a mi Georgi, como solía llamarlo a veces.
La directora fue muy simpática, y tuve la suerte de que supiera hablar español, porque en el estado en que me encontraba lo más probable es que no hubiera sabido traducirles a mis padres ni una palabra.
Cuando terminó de explicarles a mis padres las normas del lugar, me acompañó a mi dormitorio. No quedaba ninguno libre, pero la directora había colocado, amablemente, una cama de más en otro dormitorio ocupado.
-Bueno, ya hemos llegado.-se despidió cordialmente de mí y se fue, según me había dicho, a organizar una gran excursión que estaban planeando hacer en el instituto. Me preguntaba a dónde iríamos.
Había una chica en la habitación, como me esperaba.
-Hola.-saludé en inglés. A partir de ahora tendría que hablar en ese idioma, mi idioma preferido.
-Hola, me llamo Lucy. Tú debes ser Cristina, ¿verdad?- parecía muy simpática.
-Sí. Encantada de conocerte.-por fin me había logrado tranquilizar, pero no eso no duró mucho.
-¿Qué excursión está preparando la directora?-pregunté mientras deshacía mi maleta.- Es que no me ha dado tiempo a preguntárselo.
-Está planeando llevarnos a Nueva York la semana que viene, durante un perído de dos semanas. ¿No es increíble?- Se le notaba entusiasmada, y yo me empecé a sentir mareada.
-¡¿Nueva York?!- no me lo podía creer. 
-Sí, es genial. Pero deberíamos acostarnos ya, o mañana nos dormiremos en clase.- le hice caso y me tumbé en la cama, pero no pude dormir en toda la noche.



No hay comentarios:

Publicar un comentario